Las Provincias, 5/6/2001

OPINION

Funcionarios
Por F. P. Puche

Las aguas se han revuelto, desde hace muy pocos días, en el mundo de los funcionarios autonómicos. No es para menos: el anuncio del presidente de la Generalidad de iniciar una vía por la que pueden llegar a ser fijos los aproximadamente 25.000 empleados públicos que trabajan bajo la condición de interinos es de los que tienen calado suficiente para que haya movimiento.

     El presidente lo sabía. Igual que antes de hacer el anuncio estudió los pros y los contras, sabía que tanto fijos como interinos, así como los sindicatos de todo signo, iban a tomar posiciones de inmediato. En su artículo del domingo, en estas mismas páginas, el propio Eduardo Zaplana toma como base de partida que asume la dificultad del cambio.

     Pero ¿quedaba otra vía? ¿Se recuerdan ahora las acusaciones que sindicatos y oposición han venido haciendo sobre la necesidad de solventar la precariedad en la que vivían miles de empleados públicos? Sanidad, educación, también justicia y administración general son cuatro ámbitos donde el empleo ha crecido forzosamente, en unos pocos años, para atender las nuevas demandas de una autonomía en expansión. ¿Queda otro camino ahora que el de la regularización si queremos una ordenación que haga de los funcionarios un colectivo motivado, eficaz y moderno?

Este de los funcionarios es, desde la época de Larra, uno de los puntos sobre los que no parece estar bien visto escribir que se ven mejoras. Pero va siendo una gran verdad que somos mejor atendidos que antes por gente más competente en edificios mejor instalados. Hacer que haya todavía más cambios positivos requiere soluciones y reformas nuevas. Y en eso se supone que estamos.