Levante, 2/06/2001
Zaplana baraja un pacto global que normalice el empleo en la Administración
La propuesta incluiría desatascar la promoción interna para los funcionarios fijos, un plan de estabilidad para los interinos y sucesivas ofertas de empleo público
Julia Ruiz, Valencia.
El anuncio del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, de articular una «vía especial» que permitiera a los más de 25.000 interinos que trabajan para la Administración consolidar su empleo ha traído unas consecuencias que el jefe del Consell no calibró. La satisfacción entre los sectores implicados ha dado paso al desconcierto por el silencio posterior y a la indignación de los colectivos que creen que se verán perjudicados por la oferta.
Zaplana matizó que existían problemas jurídicos, pero su silencio posterior y la descoordinación entre Presidencia (que asumió los primeros contactos con los sindicatos) y Función Pública han abierto una brecha.
El Consell ha descartado el acceso diferenciado ya que, tal como testimonian los informes jurídicos que maneja Presidencia, el Constitucional ha dictaminado en varias ocasiones en contra. Con todo, los problemas en el empleo en la Administración no se acaba en la precariedad laboral.
Así se lo han hecho ver los sindicatos a los responsables políticos. Para evitar que el anuncio del presidente se convierta en un sonado patinazo, Presidencia, que durante estos días ha aconsejado silencio al presidente, baraja ofrecer un pacto global que contente en la medida de lo posible a todos los sectores implicados y normalice el empleo en la Administración cuya historia reciente está jalonada por la congelación de ofertas de empleo, concursos y el consiguiente incremento de la interinidad y comisiones de servicio. La idea es que sea el conseller de Administraciones Públicas, Carlos González Cepeda, quien haga la oferta en las Cortes en su comparecencia del próximo jueves. Sin perjuicio de ello, el presidente podría concretar algo más su oferta este fin de semana.
Al menos en lo que respecta al ámbito de la función pública, la fórmula pasa por poner en marcha los concursos de traslados y la promoción interna para el personal fijo. Paralelamente se ofrecería un plan de estabilidad para los interinos, que supondría que aquellos que se vieran afectados por el proceso anterior tuvieran garantizada su continuidad en la Administración, es decir, fueran recolocados. Todo ello unido al compromiso de convocar sucesivas ofertas de empleo público (o una gran oferta) en las que en la fase del concurso se incrementara hasta el 40% la puntuación por servicios prestados.
En el sector docente, uno de los más complicados puesto que rige la normativa estatal, el Consell podría decantarse también por un plan de estabilidad mientras se cambia la legislación y se aplica la ley de calidad educativa.
La oposición critica lo inconcreto del nuevo plan de modernización
Levante-EMV, Valencia.
Los grupos de la oposición en las Cortes Valencianas criticaron ayer la «falta de concreción» del segundo plan de modernización de la Generalitat Valenciana en lo que se refiere al desarrollo de los 90 programas que contempla y a las fuentes de financiación de los 38.000 millones de pesetas previstos para su implantación.
La diputada del PSPV Josefa Andrés calificó de presentación «fallera» y de «venta de humo» el acto en L´Hemisfèric. Andrés criticó asimismo que los miembros del Consell no hayan presentado la evaluación del primer plan de modernización en las Cortes Valencianas antes de hacer público el segundo.
«Si el primer plan constaba de 40 programas y una inversión de 10.000 millones de pesetas, ahora se dispone de menos presupuesto para desarrollar los noventa proyectos previstos».
Por su parte, el portavoz del grupo parlamentario de EU en las Cortes, Joan Ribó, consideró indispensable para la modernización de la función pública la cualificación de los empleados y la estabilidad del personal, y se preguntó «de dónde van a salir los recursos del plan».
En este sentido, Ribó exigió que los procesos de adjudicación de contratos se lleven a cabo con «más transparencia, menos opacidad y sin las conexiones extrañas que se hicieron cuando José Emilio Cervera era subsecretario de Modernización de la Generalitat y que luego le costaron la dimisión» cuando era conseller de Sanidad.